Drive Thru


Listen, you have me since always, I've got you by now. So, listen to me now. I can't afford any more waste of time. Listen...

We ordered a Singapour Sling. She tasted it "It's not that good". Gotta finish the other three. "It ain't that bad".

Alice camina por la calle sosteniendo su bufanda gris en su nariz. El smog le hace mal y su nariz quema como si aspirara nieve. Ella deambula de un lado a otro buscando que ver y en donde caer un rato. Ella gasta tiempo entre una esquina y otra.

En la parada del bus vi a Jules con cara de espera. Me mira desinteresadamente y mira a mi lado a quien me acompaña. "Speak lower". Y Jules se queda esperando en su lugar. Hace frio y mete sus manos en su chaqueta gris mientras busca en el suelo donde clavar los ojos y entretener su espera. Mas nunca pierde su postura, nunca se mueven su cabeza y sus ojos de un lado a otro sin perder su Stand.

En una esquina nos cruzamos, ella gira hacia la derecha, yo sigo adelante. Al cruzar la calle esquivo los charcos dejados por la lluvia junto a las aceras. El agua coverge donde la calle padece desniveles y se mezcla con la tierra y el sucio que durante el día va dejando tanta gente desde sus pasos. El agua se torna negra y su función cambia de lavar la selva de asfalto y ladrillos a adornar con el resbalar de las luces y los faros sobre su superficie la urbe nocturna. El piso está húmedo y la gente sale a rescatar un poco de ese olor a fango y a memento primitivo que refresca a la ciudad. Cruzo a la izquierda y Alice viene detrás. Le ha dado la vuelta a la manzana y su paso es seguro y tranquilo como queriendo llegar a algun lado, como si supiese a dónde va allegar.

De regreso, Jules está nuevamente en la estación. Su compañía tiene el cabello largo y negro agarrado por un par de peinetas azules que combinan con su buso a rayas de colores frios. Jules no hace mayor gesticulación, mira hacia el frente, mira a sus ojos. Todo su Stand era para ella. Los días que practicó con extraños, en los ojos de otros, en medio de las sábanas de Alice, de Anna eran para ella. Sin embargo, está consado y prefiere no pensar y prefiere perder sus ojos en las luces del frente.

Photo by Bill Henson, Untitled

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por A.M. BRIGANTI

brigam@gmail.com