Polillas en tus bolsillos

Sentados en la mesa. Elsa corrige informes que imprimió sobre papel rosa. Millán, toma café americano en una taza enorme, a pesar de que es media noche. La cafeína ya no le hace efecto.

Millán: Eso fue lo que me dijo un psicoanalista una vez. […] que sin darme cuenta, estoy enamorado de mí mismo; que estoy buscándome a mí mismo. Estoy buscando que alguien (es decir, yo) venga y me salve.

Elsa: ¡Pero que te salve de qué?, por dios.

Millán: Pues del aburrimiento… ¿vale? ¿De qué más va a ser?

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por A.M. BRIGANTI

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