Me & room service...

At your age, a fuck’s not worth
The chance of catching ‘flu.

-Roger McGough


La primera vez que tuve una sensación tan fuerte, recuerdo, estaba tirado en la sala de mi departamento. Era una tarde cualquiera. Yo aún tenía puesto el uniforme del colegio: camiseta blanca con el escudo sobre el bolsillo, en el pecho; líneas azul oscuro bordeando el cuello junto a otras de mugre y sudor más solemnes; pantalón azul turquí y las medias oscuras que ocultaban la suciedad de caminar arrastrando los pies por todo el piso de la casa. Era una tarde fresca, esa. La brisa del mar golpeaba fuerte en las ventanas trayendo de a poco el sonido de las olas del mar oculto detrás de las murallas. El calor que recuerdo, nacía en mí. Las baldosas lisas, rectangulares y color terracota atrapaban el frío de los aires acondicionados del piso de abajo, donde funcionaba la oficina de un banco. Sus máquinas y aparatos financieros enloquecían a mi madre con sus ruidos mecánicos todo el día. Yo, me revolvía en el piso en absoluta complicidad.

Para recordar esos momentos me he creado un espacio en la periferia de mis pensamientos y rencores ordinarios. Un ático al que acudo, sólo de vez en cuando, y cuya entrada es secreta. Una vez allí, pongo el proyector Super8 (un regalo de mi imaginación anacrónica) y me veo pasar en cuadros, uno tras otro; deslavados los colores; en nostálgicas distorsiones; con el rostro limpio y todo en él es deseo. El film pasa, con todo su sufrimiento, y sin embargo, yo no puedo hacer más que sonreír.

2 comments:

Flor Baliña said...

Me encantó, es muy dulce, el recuerdo te lleva solito =). Un beso, nos vemos mañana!

Unknown said...

Gracias Flor!
Me alegra que te haya gustado.
(Eres como la tercera persona que comenta en toda la existencia de este blog).
Merci beaucoup!

por A.M. BRIGANTI

brigam@gmail.com