Somewhat cold...

Alles fängt mit 'nem Kaffee an. Alles fängt jeden Tag genau wie der letzte an.

La calle se extiende hasta chocar con los edificios que se sostienen al costado de las montañas. El suelo está húmedo y hace frío. Caminamos rápidamente. Es de madrugada y puede ser peligroso. Los pasos se hacen cada vez más largos, estamos buscando el calor en cada paso. La abrazaría pero no me siento cómodo. No creo que ella se sienta cómoda. "¡Qué frío tan hijueputa!". Ella parece asentir con la cabeza pero igual puede estar buscando algo de calor en el movimiento, de pronto ni siquiera me ha escuchado, sólo quiere calor y cualquier movimiento es válido, no importa su causa o su consecuencia. Tal vez por eso terminamos aquí, teniendo sexo en la oscuridad de una esquina cualquiera, matando el frío en medio de la ciudad. Luego, en su apartamento, nos bastaron unos cuantos cigarrillos. 18 en total, todos post-coito. Más tarde ese mismo día, luego que el sol ya estaba presente, llegaron los demás. Ella manejó la situación con maestría en disimularlo todo. Lo beso como todos los días, se sentó a su lado como siempre solía hacer. Ya no tenía frío, y el invierno estaba pasando. Todos nos sentamos frente al televisor a matar el tiempo, compartir la ilusión de nuestra generación. Esa noche hizo frío de nuevo. "¿Ya se fue?", "lo viste irse...¿o no?". "Hice café. ¿Quieres?". Las espirales no fueron las suficientes. "Ven!". La pluralidad de su personalidad la hacía inevitable. Ella era una sola, la que recibía mis dedos. Pero en ella residimos todos, todos nosotros éramos enanos aislados, mudos, ciegos y sordos que sólo podíamos comunicarnos a través de ella. Ella era mensaje y mensajera. Cada vez que en el café hundíamos los dedos, era ella y todos temíamos lo mismo: perder nuestro lenguaje. .........................................................................

Es gibt manche Fehler, wenn mann über die Straßen spricht. Die Straße führen nicht zu einem bestimmten Punkt. Sie führen nicht zu anderen Straßen und auch nicht zu Ecken. Die Straßen sind verkappte großartige Mittelpunkte, Zwischenräume, die halten ein trügerisches Verkehr. Die Straßen wurden von den Menschen konstruiert, um anderswo anzukommen... also, wozu denn?
Alle Straßen sind insgesamt eine. Eine einzige Straße, die spielt mit einem und geht links und rechts. Sie ist eine Verfürerin, sie führt den Mensch zu dem einzigen Punkt innerhalb 'ner Stadt wo man hingehen will, aber manchmal hat zu viel Angst davor, um dahin sich zu werfen: Einem. Die Straßen wurden konstruiert von Menschen, um sich zu verlieren, sie sind nur Entschuldigungen. Wie wäre's dann wenn man sich endlich entscheidet sich freiwillig zu verlieren? Alles muss man verkappt machen! Damit verkleiden sich die Menschen auf jeder Ecke, die Spannungspunkte des immer gefährlichen Schicksals. Jeder Mann ist sein eigener Verführer. Damit bestehen die Straßen.

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por A.M. BRIGANTI

brigam@gmail.com