Room On Fire


En medio del lugar quedaba la barra. Hundida en el suelo los tragos llegaban primero a las rodillas y en el viaje hacia abajo y de vuelta a arriba la cabeza, buscando balance, perdía su lugar, y de regreso, en las alturas, donde el humo del cigarrillo gobierna, el cuarto se encendía en llamas. Ellas, todas, movían su pelo al ritmo del beat y un olor a sudor y trago revueltos calentaba los sentidos. En una esquina, recostado a la pared esperaba recuperar mi aliento y la movilidad en los pies, lo que llegara primero. No lejos de mí Jane bailaba y se movía con maestría. Ella era única en ese mundo de ingratos inocentes. Ella acaba de bajar de las nubes y a pesar del viaje tan pesado y largo unas gotas de aguardiente la ponen a castigar los pies con furia calculada, llenando el círculo de los idiotas de un aire fresco y funky del cual ellos podrán respirar pero al final no les quedará nada, igual terminará por salir de su sistema devolviéndolos a su cama antes de media noche donde están contentos con ellos mismos pero no se dan cuenta de las carencias típicas de la realidad donde el que las conoce goza más porque tiene más y necesita más excusas para olvidar tanto.

Me separo de la pared cuando la sangre vuelve a fluir por los pies. La garganta la tengo seca y mis movimientos se vuelven lentos y pesados, en contra de mi voluntad. Fab castiga sus pies con violencia contar el piso mientras alza en el aire la botella a medias, con orgullo. El círculo de los idiotas lo admira y mira desde lejos con nostalgia, él es el presente de un futuro que nunca tendrán. El lugar está en llamas y ellas mueven su pelo cada vez más. En una esquina otros se juntan para compartir el sexo con el mundo y sobre la barra otro se levanta y descamisa para gritar su ebria conciencia. Ya no aguanto más. En mi sistema se perdió el combustible, ya no queda nada y una continua tanda de hielos molidos no es suficiente para terminar de enfriar o recalentar mi sistema de una vez por todas. En su cuerpo está todo el secreto. En ella están sus sueños y todos lo anhelos débiles de Fab que empuja con fuerza cada vez más para quedar más adentro. Él está en urgencia mientras el cuarto se calienta y ella no para. En un momento parará el beat y todos saldremos del lugar destilando un sudor contagioso y contaminado que estrella y se contrae al contacto con el aire de afuera. La acera será el descanso del que espera el hálito y la cabeza que vuelvan a su lugar, donde estaban antes de empezar con el incendio, antes de que ellas alimentaran el fuego. En el cuarto no hay descanso y todo sigue, en ella el incendio quedó prendado de su pelo. En medio de las almohadas lo sacude y lo arregla, y en este prende la habitación sin espera. Se mueve con rapidez sobre la alfombra y alcanza los pies de Fab que observa las llamas consumirlo y salir de control. Ella no descansa y parece que si acaba de bajar de una nube 'la nuvula' tiene más calor. Ella es el motor y lo mueve todo.

En una habitación de al lado el descanso tan esperado llega. Mis pies palpitan en descenso y un calor insoportable sale debajo de la puerta del cuarto donde Fab y Jane no descansan. El aire a mí alrededor es tibio y me adormece hasta el día siguiente.

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por A.M. BRIGANTI

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