Blur


He stays at the door. He's waiting for her to let him stay over. She's nodding but suddenly he's got grog sick... "I'm so sorry" "You're way too drunk".

Adam mira con seriedad y en el contorno de sus cejas esconde muy bien su timidez, esa aprehensión innata de la que no puede escapar, a pesar de sus 20. Adam toma brutalmente. Cada vez que empina la botella y traga como si fuera agua su sien descansa y deja salir un aire de tranquilidad, de alivio. Cuando bebe pierde el temor, pero no el de ser él mismo, sino el de poder reclamarle al mundo entero por qué él tiene que ser como es. "You don't miss me, I know. You all hate me, I know... Would you be kind? Y'all know i haven't been that nice. It's my eyes. They've stared too hard"

Claire celebraba su nuevo apartamento. Nos había invitado a todos... Unos irían por ella, otros irían por asociación --no eran, necesariamente, sus amigos, más bien hacían parte de la inevitable cadena de amistad y compromiso que se extendía hasta completos extraños.

--Claire hace parte de esa raza poco común de niña-niño que son tan amadas y apreciadas. Todos quieren estar con ella pero nadie quiere ser ella, ni quedarse en ella más de una noche. Ella es capaz de empinar una botella hasta ver el fondo. Ella sabe fumar, tomar y rumbear como nadie. En su sistema el alcohol se ha vuelto casi inocuo. Una tras otra, las botellas y los shots de una variedad, probablemente, peligrosa de licores, la empujan constantemente fuera del mundo que quiere olvidar y dentro del mundo que ha creado durante las noches de tantos años.

El apartamento queda en una planta baja lo que le da el privilegio de una terraza amplia y fría, y la desventaja de estar al alcance de todo ladrón con un peculiar gusto por CD's quemados de "New Wave".
Al entrar un mundo de gente tirado en el suelo y sobre los sillones y el sofá, envueltos en humo, se ahogaban en guaro. En la terraza, otro mundo de gente ya había tomado su lugar en las esquinas y las paredes. todos recostados hablaban y escuchaban con aparente interés lo que el otro decía con tanto empeño, bien disimulado, por impresionar.
En el suelo, a la derecha, estaba Adam con una botella en la mano. Cada vez que tomaba de ella la botella bajaba un cuarto o más en su contenido. Adam es imparable.


"S.P.E.E.D. (Some People Enjoy Eating Dust)"

--Adam desea a Claire. El no la ama ni pretende hacerlo. El sólo quiere estar con ella porque es mejor que estar solo. El la escogió a ella porque ella es la que está más cerca, la que lo escucha y decidió escucharlo antes que él pretendiera algo. El la desea porque es seguro, porque las probabilidades de salir jodido son pocas, y porque, al menos, puede ahorrarse unas cuantas semanas de ritual y cortejo que tanto odia. Si no funciona, si lo ignora, ya hay una amistad que podría amortiguar los golpes.
Esto no quiere decir que cada vez que el la ve mirar a otro, que cada vez que ella habla de Talan, él no se irrita y se resiente. Se llena de amargura, como si ella le estuviera arrebatando algo, como si a él le fuera quitado el derecho a desearla y poseerla -aunque ella no lo sospeche, no lo sepa, o simplemente, no lo quiera ver.

Adam está sentado en el piso con su cabeza colgando como un peso insoportable, el pelo le cubre sus gestos y sólo vuelve a subir su cabeza para dejar que el aguardiente le queme las entrañas hasta que no pueda más. Envenenar, adormecer el sistema, de eso se trata.

Dos botellas más tarde Adam choca contra todo, pierde el equilibrio, eructa un hálito ácido y corrosivo. Claire aleja sus ojos cada vez que cae. En el pasillo, un pié tropieza al otro y Adam cae de bruces. Una risa culpable le sigue al golpe. Adam no sabe más, Adam está mejor que nunca.

El apartamento está en silencio. Cuatro cuerpos conocidos yacen sobre colchonetas, sobre el sofá extendido. Todos boca abajo, todos respirando gravemente.

Adam se despierta, tiene el jean hasta las rodillas, la boca reseca. Se levanta al baño, luego va hacia la cocina, busca un vaso con torpeza, abre la nevera, toma agua y del fondo saca otra botella y sigue tomando.

"You should stop. You've had too much grog".

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por A.M. BRIGANTI

brigam@gmail.com